Foto cuatro para entrada

Foto / NATALIA CATALÁN.

Jóvenes rapeando, fotografiando, pintando, hablando, tomando las riendas de la situación y diciendo verdades como puños. Jóvenes, desde el principio hasta el final, en el escenario, en el backstage, entre el público. Todos ellos generaron una explosión cultural para todos los sentidos en cuanto se abrieron las puertas del auditorio CaixaForum Madrid el pasado 17 de marzo.

Para dar voz a toda una generación de personas cuyas expectativas de futuro se han visto completamente truncadas, tras el inicio de una crisis que explotó en el año 2007, tuvo lugar el encuentro ‘Generación Ni-ni-ni’. Este foro— organizado por la Fundación porCausa junto al Consejo de la Juventud de España (CJE) y con el apoyo de Obra Social ‘la Caixa’— permitió escuchar en primera persona qué significa ser joven en España hoy en día. En un momento político crucial para el futuro de España, los testigos de este encuentro fueron los políticos.

¿Qué sientes cuando te llaman ‘nini’? ¿Qué sientes, tú, eterno becario que llevas año tras año enlazando unas prácticas con otras? ¿Cómo vives la emigración cuando no te queda otra opción? ¿Y trabajar sin llegar a fin de mes? Estas fueron algunas de las muchas preguntas que Desi, Almudena, Bruno y Diego respondieron en un debate moderado por la periodista de Cadena Ser, Pilar Velasco.

«Yo quiero trabajar para poder estudiar», dijo Almudena. Su testimonio servía para tumbar eso de «los jóvenes ni estudian ni trabajan». Con 19 años ya es consciente de que la universidad no le va a salir barata—si consigue entrar en la carrera de Derecho— y que todo lo que gane podría servirle para ahorrar y así pagarse la matrícula.

Dos de sus compañeros, Bruno (de 21 años) y Diego (de 23), ya se enfrentan a los gastos de estudiar una carrera. El primero, estudia psicología, antes se fue a vivir a Londres una temporada: «A mí me han echado a buscar mi camino. Aquí los jóvenes no se van, a los jóvenes les echan», aclaró. Su experiencia de vivir fuera la contó sin tapujos: «Tú eres un spaniard me decían en Londres, utilizaban este término despectivamente como aquí sudaca». El segundo, Diego, estudia periodismo y lo compagina con tres trabajos a la vez. Sin embargo, todo lo que gana no le da para vivir holgadamente. Reconoce que podría estar mejor si trabajase en Mercadona, pues, no se le caerían los anillos porque ya trabaja en un McDonald´s los fines de semana, pero no quiere. Para él, el trabajar de sol a sol en algo que no es de lo suyo le impediría realizarse como periodista en una fase tan crucial como es al inicio de la profesión. En su caso, ganar más dinero, le alejaría de su vocación. «Yo quiero ser periodista, quiero hacer lo mío y tengo que aceptar unas prácticas por 300 euros», explicó. El joven, además, lamenta la difícil situación a la que se enfrenta para abrirse camino en el ámbito laboral: «el mundo profesional ya está montado», sentencia. «Se ha generado una «sub-bolsa» en la que estamos los jóvenes y nunca salimos de ahí», aseguró.

Por otro lado, la joven Desi de 25 años no pudo estudiar una carrera debido al elevado precio de la universidad. Por ello, optó por estudiar un ciclo formativo de grado superior en Administración. Ahora trabaja unas 40 horas a la semana, pero aún así no cobra ni mil euros al mes, «no estoy excesivamente explotada», aseguró durante su intervención en el encuentro. Desi sufrió en sus propias carnes una ejecución hipotecaria y ahora vive junto a su familia y su pareja en un piso de alquiler social. «Necesitamos cuatro personas con al menos dos sueldos para malvivir», explicó. A sus palabras la moderadora reaccionó: «como generación la palabra ‘hipoteca’ no os corresponde. Escucharos decirla pone los pelos de punta».

El encuentro, inaugurado por Fernando Pastor, responsable de relaciones institucionales de la Fundación Bancaria «la Caixa», fue presentado por la periodista y miembro del patronato de porCausa, Soledad Gallego-Díaz. Sus palabras no dejaron indiferente a nadie. «Mi generación no ha sido capaz de garantizar un mínimo a las generaciones siguientes», en referencia a los datos presentados en el informe Sueños Rotos, «uno de cada dos jóvenes españoles que quieren trabajar está en paro». Frases que no sólo fueron ovacionadas por el público sino también tuvieron numerosas reacciones en la red social Twitter.

Tras la intervención de Soledad, el presidente del CJE, Héctor Saz, aseguró que los ninis están desapareciendo de nuestro vocabulario porque realmente «no existieron». Además, durante su discurso hizo hincapié en el retraso de la maternidad en España: «la edad [para ser madre] sube de 30.4 años a 30.6», recalcó.

Los políticos y el público que acudieron también tuvieron voz en este encuentro. Ignacio Urquizu, diputado del PSOE por Teruel, reconoció que ser joven nunca ha sido fácil ni para su generación ni para la de ahora y, además aseguró que el papel de la universidad española debe regenerarse: «hay que enseñar menos conocimientos memorísticos y más destrezas«, dijo. Irene Lozano, miembro del comité de expertos del PSOE, quien se sintió identificada con algunos de los jóvenes del debate, aseguró que lo más problemático de la crisis es que las desigualdades habían aumentado. Desde Ciudadanos, Francisco Igea, comentó que «es la primera vez que los hijos viven peor que los padres» y, por parte de Podemos, Miguel Vila, aseguró que «un país del que sus jóvenes se tienen que ir es un país enfermo». Además, también estuvo Gonzalo Peña de Cambia Logroño, quien con datos argumentó que el término Generación nini se acuñó a partir de la excepción: «El 1,7% de los jóvenes decían que no estudiaban ni trabajaban. Se convirtió la excepción en una norma».

El documental, Generación Ni-ni-ni, que da nombre a este encuentro, también tuvo cabida. La vidas de Cynthia, Julia y Miguel, capturadas por el objetivo del periodista Gabriel Pecot, también captaron la atención de los asistentes durante más de un cuarto de hora. Sus imágenes cuentan cómo tres vidas se unen cuando la joven Cynthia pide ayuda a través de las redes sociales para pagar su matrícula en Bellas Artes y Julia decide ayudarla pese a su precariedad. La vida de la joven artista no sólo permite conocer a Julia sino también las razones por las que decidió irse a vivir a Irlanda, donde vive Miguel. Sus historias, por un lado, visibilizan la precariedad laboral y el difícil acceso a la universidad y, por otro, muestra cómo la emigración española ha calado en todos los rangos de edad.

El acto se cerró a ritmo de rap feminista con las chicas de LA IRA cuyas frases se centraron a los retos a los que se enfrentan las mujeres día a día, quienes dentro de la desigualdad generacional también padecen la desigualdad de género.

Con la colaboración de:

obra social 'la caixa'