Éramos una juventud que aspiraba a mejorar su vida. Lo advertimos, pero nadie nos escuchó. Somos la Generación Casandra, y nos han vaciado la hucha del futuro.

Éramos una juventud que aspiraba a mejorar su vida. Lo advertimos, pero nadie nos escuchó. Somos la Generación Casandra, y nos han vaciado la hucha del futuro.
Ya no vale culpabilizar a la juventud, España necesita pactos por la educación, la vivienda y el empleo.